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Propósitos de año nuevo

  1. Mantener la continuidad.
  2. Los que hayáis seguido este diario electrónico seguro que ya os habéis dado cuenta: no tengo continuidad espacio-temporal. No es algo completamente voluntario, pero sí que es causado por la dejadez. Ocasionalmente tengo ataques de hipo. La sabiduría popular dice que el hipo es inofensivo, pero no menciona las consecuencias que tiene toser simultáneamente.

    Nada bueno.

    La oscilación del esófago durante un ataque de hipo combinada con las ondas producto de la percusión diafragmática induce una resonancia en mi traquea que abre agujeros de gusano. He probado diferentes técnicas para detener los hipídos y la del susto suele funcionarme, pero a veces me da pereza levantarme y buscar el facebook de Rajoy. Es en ese margen en que remoloneo donde se pueden torcer las cosas, sobre todo si ando algo resfriado. Me propongo ser más diligente. Para empezar me he impreso una foto del obispo de Tenerife y la llevo en la cartera, junto con las de mis hijos. Acojono ¿que no?

  3. Desarrollar la memoria.
  4. Otro de mis problemas, también bastante evidente en la zona oscura de este diario, es mi falta absoluta de lo que se suele conocer como memoria. Para este año voy a buscarle una solución al problema, ya sea utilizando métodos de rememoración nocturna a lo pitagórico o una solución micorrícica tipo trufa. Estoy convencido de que hasta que sea factible implantar tarjetas SD directamente en el cerebro, la solución pasa por encontrar una simbiosis parecida a la de las trufas con las encinas, pero a nivel neuronal, con las trufas traspasando recuerdos en lugar de fósforo. Sólo me falta encontrar la solución a tres problemas para hacerlo factible:

    • conseguir que, después de esnifadas, las esporas de trufa sean capaces de atravesar la barrera hematoencefálica.
    • sustituir o complementar la relación simbiótica hidratos de carbono/fósforo por estímulo de memoria/recuperación de recuerdo.
    • evitar la aparición de calveros en el cuero cabelludo allí donde enrraicen los hongos.

    Después de haber hecho toda la labor de planificación y diseño espero que algún becario experto en biotecnología y lector de este cuaderno solucione estos pequeños detalles filantrópicamente.

  5. Elegir y persistir.
  6. Hay helado de vainilla o macedonia de postre. ¡Ya la hemos liado! Si elijo macedonia, sé que no podré dejar de pensar en cuánto más frío está el helado y lo mucho que me apetece. Parecería que la solución entonces es tomar helado en lugar de macedonia, pero sé que si lo hago no podré dejar de pensar en cuánto más agradable es la temperatura de la macedonia y lo sabrosa que debe estar. Necesito eliminar todo proceso de selección consciente y atenerme a los hechos así que me he propuesto una serie de reglas bien sencillas que van a predeterminar mi camino en la vida durante este año:

    • si la opción es entre colores, siempre optar por el color más cercano al rojo en el arcoiris, porque el rojo es pasión.
    • si la opción es entre sabores, siempre optar por el más dulce, esto seguramente me fastidiará el páncreas, pero me mejorará la disposición.
    • en cualquier otro caso, ordenar alfabéticamente y elegir la opción más cercana al día del año módulo 29, esto va en consonancia con lo absurdo que puedo llegar a ser.

    Excepción única: entre follar y cualquier otra cosa, siempre elegir follar, no vayamos a jodernos la vida por un conjunto de reglas mal cuadriculadas.

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  1. [...] Recordemos cuáles fueron los propósitos para el año que acaba de terminar: [...]